Decálogo de los buenos padres

Cómo ser un buen padre/madre


1- Antes que padre, es usted persona. Jamás podrá ser un buen padre si no es una persona feliz.

2- Para ser una persona feliz no puede vivir continuamente presionándose para ser mejor padre y analizando si cada cosa que hace resultará perjudicial para su hijo. Está muy bien replantearse cuestiones, reflexionar sobre la paternidad responsable, pero aprenda a relajarse. El primer paso para ser feliz es aprender a fluir.

3- Para lograr fluir es menester que acepte lo que no puede cambiar, lo que no depende de usted y sobre todo, que acepte a su hijo tal y como es, sin evitar la responsabilidad de educarlo y la transmisión de valores, pero su hijo es un ser independiente a usted, con su propia avidez por el mundo, acéptelo como es.

4- Para aceptar a su hijo es preciso que acepte antes que usted no tiene toda la razón ni lo sabe todo. Es preciso aceptar que usted comete errores y que amar a la prole no lo salva de cometer equivocaciones. Acepte que la paternidad es un aprendizaje intuitivo, amoroso y cien por cien anticientífico. Acepte que es legítimo no ser un padre perfecto, que el padre perfecto no existe y que usted tiene derecho a no ser perfecto.

5- Para aceptar su no perfección, ríase más, y ríase más con su hijo. No tema a que su hijo descubra su imperfección, humanicese para él. De tú a tú es viable la confianza y la complicidad. Pero una confianza de padre a hijo ya que es sano establecer límites parentales en la relación. Ser padre no significa ser su amigo, pero es necesario ser amigable, y brindar confianza y aceptación.

6- Para ser un padre amigable al que su hijo puede recurrir con confianza, el ingrediente indispensable es el respeto. Si su hijo se siente respetado por usted, podrá abrirse y confiar. Si usted lo juzga y le impone sus normas, la relación será vertical, y su hijo así podrá ocultar todo lo que quiera bajo sus zapatos, con la seguridad de que usted sólo verá una parte desde su posición de altura, la parte que más le guste.
7- Para respetar a su hijo, usted debe dejarlo expresarse. Pero no en una reproducción suya, sino dejar proyectar su propia voz y su propio canto a la vida.

8- Para dejar que su hijo se exprese, tiene usted que permitirse el silencio sin objeción ante la equivocación de su hijo. No le dé los muebles hechos, los errores son poderosas herramientas de construcción. Confíe en los errores de su hijo porque son sus mejores maestros.

9- Para confiar en que los errores que su hijo cometa no lo pondrán en peligro, confíe en la educación que usted le ha brindado. Los desvelos se cobran con el sueño reparador del poder de los valores transmitidos.

10- Para dar una excelente educación usted tiene que ser un excelente educador. Para poder serlo usted necesita amar intensamente esa vida que le ha sido depositada en resguardo, y para eso necesita ser un buen padre. Quiere ser un buen padre? Haga que su hijo sea una persona feliz.
Claudia Souza.


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